Cuento para la reflexión

¿Y si las historias para niños fueran de lectura obligatoria para adultos?, ¿seríamos realmente capaces de aprender lo que desde hace tanto tiempo venimos enseñando…? (José Saramago)

Con este objetivo te presento un cuento  para que cada uno obtenga sus propias conclusiones y para que todos nos impregnemos de toda la sabiduría y aprendizaje que durante siglos nos han aportado los cuentos.

Este es un cuento que suelo usar en mis terapias muchas veces. En Psicología utilizamos las metáforas y los cuentos porque son muy buenas herramientas para ayudarnos a reflexionar y comprender nuestra situación.

EL LEÑADOR Y EL HACHA

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Había una vez un leñador que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo también, así que el leñador se sintió muy contento con su nuevo empleo.

El primer día se presentó al capataz, que le dio un hacha y le asignó una zona del bosque. El hombre, entusiasmado, salió al bosque a talar.

En un solo día cortó dieciocho árboles. El capataz le felicitó y le dijo que siguiera en la línea. Animado por estas palabras, el leñador se decidió a mejorar su propio trabajo al día siguiente. Así que esa noche se acostó temprano. A la mañana siguiente se levantó muy temprano y se fue al bosque. A pesar de todo su empeño no logró talar más que quince árboles.

–Debo estar cansado –pensó.

Y decidió acostarse con la puesta del sol para recuperar fuerzas. Al amanecer se levantó decidido a batir su marca de dieciocho árboles. Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad. Cada día talaba menos y el último día estuvo toda la tarde tratando de talar su segundo árbol.

Preocupado por lo que diría el capataz, el leñador fue a contarle lo que le estaba pasando, asegurándole que se estaba esforzando hasta los límites del desfallecimiento.

El capataz le preguntó:–¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez?

–¿Afilar? No he tenido tiempo para afilar. He estado demasiado ocupado talando árboles”.

Y tú, ¿qué sueles hacer para afilar el hacha?

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