A la atención de sus Majestades

La Navidad está a la vuelta de la esquina, y con ella las dudas sobre qué regalar. Como cada año, la televisión, Internet y demás medios de comunicación, nos están bombardeando con infinidad de productos para que ni los mayores sepamos qué seleccionar, así que imagínate los más pequeños.

Todos somos conscientes de que se regala en exceso, pero siempre caemos en la misma dinámica de comprar más de lo que necesitamos e incluso deseamos, pero el impacto que esto tiene en los niños es más perjudicial de lo que creemos.

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Cuando les damos lo que quieren sin tener en cuenta sus ilusiones y necesidades reales, podemos caer en el problema de no desarrollar la tolerancia a la frustración de nuestros hijos, capacidad indispensable para la maduración personal. De este modo, es más difícil que aprendan a gestionar por sí mismos sus emociones, pues esta regulación dependerá de cosas externas a ellos. Pueden volverse caprichosos y egoístas, además de transformar el tener regalos en una competición y a la larga presentar problemas con los demás al no saber compartir.

Lo peor de todo es que la intención como padres es totalmente opuesta, ya que en el fondo lo que se pretende es que ellos sean más felices. No obstante, este método no es el más efectivo y pueden crear “pequeños cuervecitos”. Las causas más frecuentes por las que decidimos regalar tanto suelen ser:

  • Para compensar el poco tiempo que les podemos dedicar debido al ritmo de vida ajetreado que llevamos y por no prestarles la atención que nos gustaría. Así, creemos, tendrán cosas con las que entretenerse mientras estamos trabajando.
  • Para evitar que se sientan tristes si no tienen lo que piden en su larga lista de juguetes.
  • Muchas veces nos vemos obligados a regalar de más porque en su clase, en casa de los primos o de otros amigos, sabemos que dejarán muchos regalos. Esto puede generarnos angustia como padres, porque pensamos que se compararán y se sentirán decepcionados o no entenderán por qué a otros niños sí y a ellos no.

Por todo esto, aquí os dejamos algunas sugerencias para diseñar la lista de regalos:

  • ¡Un libro! actualmente contamos con una gran cantidad de libros que, además de entretener, transmiten valores y podemos encontrar aquellos acordes a sus intereses, forma de ser, edad, problemas, etc.
  • Juegos en grupo, tanto competitivos como colaborativos, porque de esta forma se fomenta la sociabilidad con sus iguales y podemos disfrutar con ellos de ratos agradables.
  • Algo electrónico acorde a su edad. Es la era en la que vivimos y la tecnología es y será una herramienta indispensable para su vida. Que se familiaricen con ella desde bien pequeños puede abrirles puertas.

No olvidemos que los juguetes cumplen una gran función en el desarrollo global de los niños, además de su inteligencia, fomentan su socialización y creatividad. Sentándonos con ellos a escribir su lista de regalos podemos ayudarles a reflexionar, a averiguar qué es lo que les ilusiona y reducirla a aquello con lo que verdaderamente jugarán y les estimulará.

Llegados a este punto, una vez hablado sobre los regalos “materiales”, hagamos un ejercicio de reflexión, respondiendo a una pregunta ¿Cómo recuerdas las navidades de tu infancia? Tómate tu tiempo…

Los paseos por la ciudad llena de luces, ir a ver el Belén, la Cabalgata la noche de Reyes, los villancicos, las cenas repletas de platos y dulces típicos… ¿Recuerdas con quién estabas? Los momentos en familia perduran más allá de lo que recibimos. Aunque recordemos algún juguete especial, seguro que lo que más emociones positivas despierta en nosotros es pensar con quién compartimos todos esos momentos, tanto con los que siguen como con los que no están, porque fueron momentos únicos y especiales que podremos repetir de nuevo con nuestros hijos.

Por todo eso queremos que os quedéis con lo que más valorarán en el futuro y con la satisfacción de que es algo que se puede trabajar más allá de la Navidad. A pesar de que los tiempos han cambiado, del frenético ritmo que llevamos, el dicho de que, en cuanto al tiempo, es mejor calidad a cantidad, es cierto.

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